En un ambiente de crisis como la actual, donde los ciudadanos luchan día a día para mantener su nivel de vida, muchos nos preguntamos cómo puede malgastarse el dinero de las empresas en pagas extras para ejecutivos y políticos que en muchos casos ya tienen un sueldazo. Un claro ejemplo de una de las características propias de la crisis es que suele acentuar la desigualdad económica: los ricos son casa vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.
Así pues, hoy me entero de que Caja Madrid se ha plantado durante la reunión de su consejo de administración a no pagar los bonus económicos impuestos por el ex-presidente de la entidad, Miguel Blesa. El consejo de la entidad, forzado por los consejeros de Esperanza Aguirre y Rodrigo Rato, acordó ayer no pagar los 25 millones en incentivos, una cifra desproporcionada para una entidad que recientemente ha acusado un descenso de beneficios bastante pronunciado: desde un beneficio de más de 2.800 millones en 2007, gracias a las plusvalías por la venta de su participación en Endesa, hasta 256 millones en 2010.
Caja Madrid dará así ejemplo y afrontará con una imagen reforzada su salida al mercado en busca de capital privado, que necesita para cumplir la nueva ley estatal y evitar ser nacionalizada. Para ello, debe elevar su porcentaje de core capital (capital principal disponible) del 7,10% actual hasta el 8% o el 9%. El Banco Financiero y de Ahorros S.A., fruto de la 'fusión fría' de Caja Madrid con otras seis cajas españolas, también acudirá al mercado privado, concretamente a su salida a Bolsa a partir del verano para conseguir liquidez y reforzar su posición dominante en el mercado nacional.
La Comunidad de Madrid ha mostrado en esta ocasión una línea de sentido común en estos tiempos de crisis. Cómo me alegro de ser de la mejor ciudad de España.
A meditarlo.
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